Ayuntamiento Piñuécar Gandullas
 
Ocio y Cultura

  
 

 

En la actualidad la Asociación el Parapeto de Gandullas gestiona tres rutas guiadas:

 

RUTAS GUIADAS 

POR EL FRENTE DE LA GUERRA CIVIL


Información y Reservas:

parapeto.gandullas@gmail.com

Ruta 1:

El Parapeto de la Muerte

 (Frente Nacional)

Ruta 2:

Cabeza Velayos - Peña del Alemán 

(Frente Republicano)

Ruta 3:

Sector Paredes

(Frente Republicano)

 

FRENTE DE SOMOSIERRA 1936 - 1939 - SECTOR PIÑUÉCAR - GANDULLAS

*ACLARACIONES Y FUENTES CONSULTADAS:
Aunque existe numerosa bibliografía sobre la Guerra Civil Española (en adelante GCE) por parte de los dos bandos integrantes, con una gran similitud en los grandes acontecimientos bélicos, no es así en hechos puntuales como los sucedidos en el triángulo Somosierra, Piñuécar y Buitrago de Lozoya.
En el caso concreto de Piñuécar no hubo victoria o derrota, sino una serie de combates y escaramuzas que finalizaron con un frente estabilizado.
Las fuentes consultadas han sido orales (D. Pedro, vecino de Piñuécar, ha colaborado ampliamente con sus recuerdos dado que vivió in situ los hechos acaecidos), archivos militares, la prensa de la época (amordazada por la censura y con fines excesivamente propagandísticos) y numerosos libros y artículos sobre la GCE.

Si está leyendo este panel y vas a realizar la ruta que le proponemos, abra sus ojos y su corazón al recorrerla, ya que en esta  tierra hombres y mujeres defendieron su razón y la regaron con su sangre. Como en todas las guerras, crueles y en su mayoría evitables, su recuerdo todavía perdura en nuestra memoria, aún cuando ya casi todos los participantes hayan desaparecido.

Es este un recorrido por los diferentes elementos que todavía quedan en la zona, en un intento de que este reciente conflicto de nuestra historia no caiga en el olvido, ya que como dijo el poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana:

“Quien olvida su historia está condenado a repetirla”


Piñuécar, a unos 80 km de Madrid, tiene verdadera importancia en la GCE por la existencia del Cerro de Piñuécar (1.222m), situado al SW de la población, y desde el que se dominan todas las vías de comunicación, las poblaciones y las sierras de la zona, es decir, es un observatorio ideal.

Para comprender su importancia debemos ahondar en la Batalla de Somosierra, cuyo objetivo era la conquista de Madrid por parte del ejército nacional.
De Madrid parten la mayoría de las comunicaciones con el resto de España y es la Carretera de Burgos (actual A-1) donde se sitúa el Puerto de Somosierra por que el
general Mola pretendía apoyar a las tropas que se iban a sublevar en la conquista de Madrid.

                         Regimiento de Infantería San Marcial Num.7
Conocido en la Guerra Civil Española como el Regimiento de Infantería San Marcial Nº22, su recuerdo permanecerá siempre en la memoria de los habitantes de Piñuécar.
creado bajo el reinado de carlos IV, sus acciones de guerra son innumerables.
Su historia está plagada de batallas heroicas.
Desde el primer momento de la GCE estuvo con las fuerzas nacionales conquistando numerosas medallas al mérito colectivo.
Sus batallones participaron con la columna del Coronel García Escámez en la batalla por el puerto de Somosierra. 


Hay 4 fases diferenciadas en esta batalla:

La 1ª fase se inicia el 17 de julio de 1936, cuando un grupo de jóvenes de Renovación Española (uno de los partidos políticos de la derecha durante la II República), cumpliendo las órdenes del general Mola, toman el puerto. Enterado el alcalde de Buitrago del Lozoya se dirige al puerto con otros ciudadanos y hace prisioneros a algunos falangistas. Tras unos breves combates, ambos bandos se retiran el 19 de julio.

La 2ª fase se inicia la madrugada del 20 de julio con una columna procedente de Burgos a la que se unieron los falangistas retirados la noche anterior. Llegaron ocuparon el puerto, pero fueron desalojados por una tropa gubernamental enviada desde Madrid. Volverán a intentar ocuparlo el día 23, pero son rechazados. Al enterarse el General Mola, ordena a la columna que se dirigía a Guadalajara al mando del coronel García-Escámez que vaya a Somosierra y ocupe el puerto, hecho que sucede el día 24. A partir de este momento el puerto de Somosierra siempre estuvo ocupado por los sublevados.

La 3ª fase se inicia con el intento de ocupación de pueblos cercanos como Braojos, La Serna del Monte, Piñuécar y Gandullas. Son detenidos por las tropas republicanas en Buitrago de Lozoya que defendían los embalses de Puentes Viejas. Finalizan así los combates mantenidos desde agosto hasta el 17 de septiembre, con la toma de Prádena del Rincón por parte del general Escámez. Los frentes quedan estabilizados.

La 4ª fase durará hasta el final de la GCE, caracterizándose por acciones defensivas por ambas partes y ausencia de grandes combates. Las construcciones se realizan ocupando puntos importantes del terreno y utilizando hormigón para evitar el exceso de hombres, necesarios en otras batallas.

La guerra se inicia en el Norte de África el 17 de julio de 1936 con la sublevación militar. El 18 de julio se produjo la sublevación en Madrid, que fracasó y los días posteriores se inicia en el resto de las regiones españolas con diferentes desenlaces.
Cabe señalar que el “estado de guerra” no fue reconocido por la República hasta el año 1939, en un intento de no reconocer legitimidad alguna a los sublevados, aunque a lo largo de la contienda produjo algunos inconvenientes en la zona gubernamental, sobre todo en la retaguardia donde se ubicaban grandes urbes.
Los primeros días de la contienda se caracterizaron por una lucha de columnas, en uno y otro bando, como unidades desplazándose hacia sus objetivos por las vías de comunicación. Madrid se convirtió en un objetivo prioritario para ambos bandos: para el gobierno republicano la defensa de la capital era vital y para los sublevados la toma de la capital podía significar que la guerra se resolviera en poco tiempo.

LA ARTILLERÍA NACIONAL

Al comienzo de la Guerra Civil la Artillería se empleó de forma irregular, estando constituidas las unidades por una pieza, una sección y en alguna ocasión una Batería. Esta forma de Artillería se la llamó “artillería de acompañamiento”.
La munición empleada fue muy diversa: rompedoras, perforantes, incendiarias y de metralla. Tanto uno como otro contendiente emplearon los mismos materiales, Schneider, Vickers, Krupp, Skoda, etc. Posteriormente el parque artillero se amplió con piezas italianas, rusas o alemanas dependiendo del país que apoyaba a cada bando.

En Bellidas se situaron obuses del 15,5 Schneider que con un alcance eficaz próximo a los 9000 metros podían batir objetivos como Velayos, Buitrago y Paredes de Buitrago. Junto a esta unidad encontramos otras próximas posiblemente del 10,5 cm Vickers Honda. La Artillería que acompañaba a la columna del Coronel García-Escámez, estaba constituida por distintas unidades con materiales diversos tales como el Obús Vickers 10,5 cm (105/22 modelo 1A922), el Obús Schneider de 15,5 cm 155/13 modelo 1917), el cañón Schneider de 7,5 cm (75/28 modelo 1906). Todas estas unidades artilleras se incorporaron a la División 73 cuyo mando dió Franco a García-Escámez. La 2ª Brigada de esta división al mando del Tte. Coronel Celestino Aranguren le correspondió el sector de Piñuécar. Su artillería la estableció en el Altillo de Vellidas (Obuses 15,5 cm), en la Poza Honda y otras en el camino del molino de Madarcos. 

Una característica del armamento artillero de campaña importante es el  dividir a las piezas en dos tipos: Cañones  y Obuses. La diferencia esencial entre ambas es que el cañón solo puede hacer fuego con un ángulo de tiro, indica la distancia a la que se va a hacer fuego menor de 45􀉽, es decir por el primer sector. Por otra parte, el obús puede disparar hasta casi los 90􀉽    o segundo sector. Este tipo de piezas  se emplea para batir tropas detrás de un obstáculo natural importante.

EL CENTRO DE ABASTECIMIENTO

Nos encontramos ante los restos de un edificio y un almacén en los que la tradición oral habla de la existencia de un centro en el que se almacenaba todo tipo de elementos necesarios para la vida del combatiente. Desde comida, unas veces en caliente otras en frío, latas de conserva, hasta mantas, botas, ropa, etc.

Estos centros avanzados de suministro pertenecía a las unidades de primera línea, en este caso a la 2ª Brigada de la División 73 del bando nacional. Diariamente partían caravanas de mulos y vehículos a repartir entre las unidades todo tipo de alimentos y vituallas por rutas previamente establecidas y normalmente peligrosas por estar batidas por el fuego enemigo. A estos centros venían en ocasiones hornos para fabricar el pan con personal propio de Intendencia y cocinas como las que veremos después arrastrados por vetustos camiones. Los elementos de transporte eran muy variopintos tales como los mulos, o carros.

Como anécdota debemos saber que cuando este suministro estaba constituido por comida caliente, vino, café y licores en abundancia, los combatientes veteranos sabían que era el preludio de una batalla.

Los camiones aljibe de la época tenían una capacidad de 1000 litros. La desinfección se convirtió en una obsesión , sobre todo en los hospitales, para evitar la muerte de los combatientes heridos debido a la septicemia. 

LAS COCINAS DE LA TROPA

Se encuentran Uds. ante las ruinas de una casa en Piñuécar donde la tradición oral cuenta de la existencia de una cocina perteneciente al Batallón San Marcial en la que se “fabricaba” el llamado ” Rancho Caliente”. Supongo que resultará difícil creerlo, pero si miran estos restos con los ojos de la imaginación creo que incluso les llegará el olor de un guiso de legumbres con carne y tocino… Los principales problemas con los que se encuentran los ejércitos, independientemente de los puramente militares, son lo derivados de la alimentación, higiene y sanidad. De todo ello sacaron las naciones excelentes aplicaciones a realizar en futuras guerras obtenidas de la I Guerra Mundial.

Como es lógico ambos contendientes poseían los mismos medios tanto para la elaboración como para la distribución de alimentos con la única pero importante diferencia que en el denominado Ejército Nacional los medios estaban centralizados lo que suponía un mejor empleo de los mismos.
Por parte del Cuerpo de Intendencia los servicios que presta en la rama de alimentación son los de panificación, carnización, raciones, vestuario, suministro de agua, gasolina y grasas y el Servicio de Recuperación. 
A este respecto por el bando nacional existía la orden de que la panificación debe procurarse su explotación en las panaderías y hornos locales y el sacrificio de reses en los mataderos municipales.

En febrero de 1937 se estableció como ración de campaña para el personal europeo lo siguiente:

􀅍Desayuno: Una tableta de chocolate, café y azúcar

􀅍Comidas y cenas:200 gramos de legumbres, 100 de patatas,200 de tomates,250 de carne fresca, 30 de tocino o 150 de bacalao, 250 mililitros de vino y 630 gramos de pan.

􀅍Para el personal moro: La carne no era de cerdo y el café se sustituía por Te.


Todo esto puede parecer muy bonito pero hay que tener presente que la alimentación del soldado durante el combate se limitaba a una ración de circunstancias generalmente a base de latas de conserva.


Las cocinas se establecían a retaguardia y solo cuando el frente estaba inactivo se podía proporcionar comida caliente a las tropas.
La gente de Piñuécar recuerda que esta cocina proporcionaba comida caliente casi todos los días a los combatientes de Media Legua. Normalmente era la tropa en turno de descanso las encargadas de recoger y distribuir la comida, lo cual en la mayoría de las ocasiones entrañaba un gran riesgo. Una vez en las posiciones se comía aprovechando cualquier refugio o cuevas como  que la zona de Velayos. 
Los habitantes de Piñuecar contribuían portando leña desde La Acebeda y el agua se extraía del pilón de la plaza.

Como nota curiosa debemos destacar que el importe de la comida de un soldado incluido desayuno, 1ª comida y cena era de 2,55 pesetas. Otra nota curiosa es la publicidad que insertó el Anís la Castellana en un periódico de Segovia con motivo de las Navidades de 1936 y que decía así: Y ahora, señores, oíd:  millares de soldados a la luz de las estrellas pasan las noches helados en Somosierra y Madrid. Mandadles unas botellas!

LAS TRINCHERAS DE LA 2ª LÍNEA NACIONAL

Como un arado arrastrado por ganado y dirigido por el hombre, la guerra deja también el suelo cubierto por numerosos surcos a los que llamaremos trincheras. Una trinchera es una construcción que modifica el terreno para el combate, ocultando a la vista del enemigo los ocupantes que la defienden y protegiéndoles contra alguna clase de fuegos.

La construcción de una trinchera no es una tarea fácil, se inicia en el mismo momento que el combatiente ocupa el terreno y su ejecución implica un alto riesgo ya que normalmente se realiza bajo fuego enemigo. Es por ello que normalmente la realización de la misma sea durante la noche completamente a oscuras y procurando hacer el menor ruido posible para no ser descubiertos por el enemigo. El trabajo no termina  nunca ya que cuando se ha resistido a un ataque enemigo hay que repararla o hacer nuevas trincheras.
Cuando los frentes se estabilizan es el momento de perfeccionarlas usando hierro y hormigón. Para la parte delantera de una trinchera, llamada parapeto, se suelen usar diversos materiales con los siguientes grosores:

Para tiro de fusil
Tierra        0,60 metros 
Arena  en sacos       0,40 metros
Gravilla        0,15 metros

Hay que tener presente que para defenderse del tiro de ametralladoras estas medidas hay que aumentarlas en un 150%.
Otro dato interesante es que en las de tierra nos encontramos que un hombre en una hora de trabajo excava 0,60 m3,y que para el espaldeo un hombre trabaja 0,90 m3.
Las trincheras nunca pueden presentar una forma de línea recta continuada por el peligro que el tiro de enfilada barrería a sus ocupantes, es por ello que su planta presenta diversas formas: curvas en cremallera, en zig-zag. Normalmente cuando estas trincheras estaban ocupadas por un pelotón terminaban en lo que se denomina pozo de tirador.
Según su uso las trincheras pueden ser : de combate, de circulación entre trincheras y de comunicación entre zonas de la defensa. Tácticamente una de las características negativas , es la necesidad de emplear muchos hombres. 
Estas trincheras fueron construidas en torno al año 1937, como una segunda línea de contención, cuando el frente de guerra se había estabilizado por completo. Lo curioso es que no se llegaron a ocupar, ya que los republicanos nunca consiguieron hacer retroceder al Ejército de Franco más allá del Cerro de Piñuécar. El goniómetro, llamado el prismático de las trincheras les permitía observar sin asomarse los movimientos de las tropas enemigas.

REPUBLICANOS Y NACIONALES FRENTE A FRENTE

Madrid, era para los sublevados un objetivo tanto estratégico que acortaría la guerra como simbólico que les daría prestigio internacional. Para el gobierno republicano
representaba su legitimidad y su defensa fue considerada prioritaria.

El fracaso de la sublevación en Valencia, la caída en manos republicanas de Guadalajara, la decisión de liberar El Alcázar de Toledo, unido todo ello a la fortísima oposición que les tropas republicanas le ofrecieron en el Norte del Pantano de Puentes Viejas que impidió a Mola adueñarse de la fuente de abastecimiento de agua a Madrid por un lado y a encontrarse con un equilibrio de fuerzas frente al enemigo ya que tenía que atender también el frente del Norte de España y por lo tanto no podía abastecer con tropas al frente de Somosierra, hizo que el mando nacional se viese obligado a tomar la decisión de parar su ataque estableciendo una serie de posiciones que le permitieran por una parte controlar la Carretera de Burgos y por otra fijar al enemigo en posiciones no del todo ventajosas para los republicanos. Piñuécar y su cerro por parte nacional y Buitrago por los republicanos, se convirtieron en árbitros de una batalla que si en un principio se caracterizó por ataques furibundos, finalizó en un frente estabilizado hasta el final de la guerra. Las posiciones de este frente estaban próximas, por ejemplo en la zona de Velayos, que daban lugar a situaciones tragicómicas como las que narraban en la famosa película “La Vaquilla”. 

Las fuerzas que se enfrentaron en esta zona correspondieron, por parte republicana a la 27 y 26 Brigadas Mixtas que llegaron a tener un total de casi 9500 combatientes y en frente la 2ª Brigada de la División 73 con un total de 10.000 efectivos.
En la zona de Piñuécar se estableció el batallón San Marcial de amplio recuerdo en la mente de los habitantes de Piñuécar.

La transmisión de órdenes y objetivos alcanzados con el Mando superior era extremadamente dificultoso y siempre que se podía se usaba heliógrafos como el de la fotografía.

EL CERRO PIÑUECAR

Con sus 1222 metros de altitud y pareciendo un otero más que un cerro, se yergue a modo de faro vigilante el cerro Cabeza de Piñuecar. Sus ojos asistieron con horror a la lucha fratricida y presenciaron mil acciones heroicas como la del Puerto de Somosierra o la resistencia de Velayos.
Situado a pocos metros del pueblo de Piñuécar, en su cima nos encontramos un fortín de amplias dimensiones compuesto de dos habitáculos: la zona de Observación y la zona de planos y vida.

El observatorio, construido con hormigón armado, tiene unos amplios muros que sostienen un importante techo con protección de una importante masa de piedras que lo protegía tanto de los impactos directos como de la aviación republicana que durante mucho tiempo gozó de superioridad en el aire.
La tradición oral lo convierte en el Puesto de Mando del Coronel García Escámez. La tradición escrita lo sitúa como un observatorio o bien como un centro de Transmisiones .La realidad nos indica que pudo ser las tres cosas.
Como “Puesto de Mando Avanzado”, llamado así cuando es ocupado por el Jefe de la Unidad responsable del Sector, su visión de conjunto sobre la zona de batalla, es ideal para dirigirla. Como consecuencia también debía de contar en sus proximidades de un centro de transmisiones como el de la siguiente fotografía, aunque ésta no sea de la zona.
La foto pertenece a “historia Militar de las Transmisiones del coronel D. Carlos Laorden. Como observatorio lejano era ideal para la corrección del tiro de Artillería y morteros de Infantería. A este respecto es necesario señalar su más que posible enlace con la unidades artilleras de la zona a través de centrales y cable telefónico y teléfonos de campaña. Lo que sí es seguro destacar que era un punto de obtención de información tanto de día, por medios visuales u ópticos, o por la noche con la utilización de elementos localizadores de sonidos o a la luz de las bengalas disparadas por la artillería o globos de ingenieros.

Desde esta ventana a la guerra, en la actualidad portada de libros y fotografías para el recuerdo, el avezado y fatigado observador informa de movimientos enemigos y corrige el tiro de artillería. A su derecha Gascones, en el centro Buitrago y a su izquierda a lo lejos Paredes de Buitrago. Oye el silbar de un proyectil por encima de su cabeza, tranquilo, se dice, son los de Bellidas. Ve humo y oye el rugir del cañón desde Buitrago y se pregunta “¿seré yo o mis camaradas su objetivo?” Se hace de noche, llega el relevo y en la oscuridad de su refugio escribe: querida madre: hoy he estado de observador en..."

CABEZA VELAYOS (PEÑA DEL ALEMÁN)

En la batalla de Somosierra se volvió a repetir la Historia. Por un lado nos encontramos con el Cerro Piñuécar, el Goliat y por otro Cerro Velayos el David, aunque en esta ocasión no se utilizaron las hondas sino el fusil, la ametralladora y el cañón. Velayos es una pequeña cota de 1080 m de altitud completamente pedregosa, cubierta de
arbusto bajo y que se levanta a unos 800 metros de la carretera de Burgos y prácticamente sobre la línea imaginaria que une Gandullas con Gascones.

Esta cota conocida también como la Peña del Alemán en memoria de Max Salomón, herido gravemente en esta posición durante los combates para la defensa de Buitrago en los primeros días de la Guerra Civil, constituía la punta de lanza del despliegue republicano que logró detener las tropas del Coronel García Escámez en su intento de apoderase de las fuentes de abastecimiento de agua a Madrid.
En la siguiente fotografía nos podemos hacer una idea de cómo veían el frente los soldados republicanos. Hasta finales de 1936 estuvo defendida por unidades del quinto batallón de la columna Galán también conocido como “Milicias Taurinas” por contar entre sus filas una Compañía de Toreros. Posteriormente estas tropas fueron sustituidas por la 27 Brigada Mixta. 
Las principales obras que nos podemos encontrar son en la ladera SE una que sirvió de polvorín, que como anécdota podemos contar que según los lugareños cabía un camión, y por otra parte los restos de lo que se supone fue el puesto de mando de la unidad que defendía Velayos. Toda la posición estaba defendida con minas contra personal.
En la cima junto al fortín para ametralladoras encontramos lo que fue una especie de refugio de tropa en estado ruinoso. Todo el conjunto está rodeado de trincheras que por su profundidad parecen ser de comunicación.

Esta posición adquirió una relevancia muy importante en la vida social madrileña y fue visitada por numerosas personalidades políticas, de la cultura y militares. Entre ellas una mujer llamada Rosario Sánchez Mora más conocida por La Dinamitera,a la que Miguel Hernández dedico el siguiente poema:

Rosario, dinamitera
sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
sus atributos de fiera/ .../
bien conoció el enemigo
la mano de esta doncella
que hoy no es mano
porque de ella
que ni un solo dedo agita
se prendó la dinamita
y la convirtió en estrella.

 








 










 Tablón de Anuncios
 
 Perfil del Contratante
 
 Participación Ciudadana
 
 Validación de documentos
 
 Punto de Información Catastral
 
 Sistema de Información Territorial
 
Impuestos Municipales